La diputada nacional Julia Argentina Perié, actual parlamentaria del Mercosur, rindió homenaje a los reconocidos y recordados referentes culturales Azucena Fontán y Raúl “Rulo” Fernandez, por su accionar en favor del teatro misionero, en el marco de la defensa de la ley actoral que otorga derechos laborales, previsionales y de seguridad social a actores, actrices, directores, realizadores, durante la pasada sesión parlamentaria del 7 de octubre, en la Cámara de Diputados de la Nación.
“Actores, actrices, realizadores, mimos y titiriteros, estarán reconocidos a través de esta ley, y van a estar en igualdad de condiciones con otros trabajadores”, subrayó Perié durante su discurso, y lamentó que “hay actores que tienen que terminar sus vidas en la Casa del Teatro, por ejemplo. Pero esta ley va a cambiar la vida de estos ciudadanos”, sostuvo, ante el aplauso de los presentes.
Con respecto a la ley del actor que Perié defendió en Sesión parlamentaria, la principal modificación que plantea el proyecto es que considera a los actores e intérpretes como trabajadores en relación de dependencia. Actualmente, la vinculación con el empleador era de carácter eventual o a un plazo determinado de tiempo. Teniendo en cuenta la particularidad de la modalidad discontinua y heterogénea del trabajo actoral, el proyecto propone considerar que se computen 120 jornadas efectivas de trabajo –continuas o discontinuas– como un año de servicios con aportes para los trabajadores del rubro. A su vez, de computarse un período menor, el trabajo será bonificado de acuerdo al monto de aportes efectuados a lo largo del año, dividido por cada mes, en cuyo caso el aporte mensual del aporte se corresponderá al que se le haya atribuido al salario mínimo vital y móvil. El resultado que surja de esa cuenta indicará el período de servicios prestados con aportes que se le computarán al actor. En caso de aprobarse el proyecto, el sistema integrado previsional argentino incorporará a las personas que se dedican a la actividad actoral y pasará a recibir los aportes previsionales patronales.
Azucena Fontán
Nació en San Fernando, provincia de Buenos Aires, en tanto el rojizo terruño la abrazó tan fuerte que hizo de él su hogar. Tuvo una hija llamada Clarice Neves, además de mil anécdotas vinculadas al teatro pues era su gran pasión. Entre sus logros está la fundación del Teatro El Anfifaz que funcionó por calle Catamarca hasta principios de enero, cuando finalmente bajó el telón, consecuencia de un ahogo económico. “El teatro tiene que llegar a todas partes es la única manera de que la gente lo conozca. El teatro puede ayudar mucho a mejorar la calidad de vida” decía la señora con 60 años de trayectoria. Toda una vida dedicada al teatro. Con la obra El zoo de cristal Azucena se presentó por primera vez en Posadas, en abril del año 1995. Esta pieza le valió un premio nacional. El Antifaz, ha producido una larga lista de obras, tales como Tratala con cariño, de Oscar Viale. En los últimos años interpretaron Papi, de Carlos Gorostiza, El Conventillo de la Paloma, de Carlos Vacarezza; y Un drama en el quinto pino, entre otros.
“Rulo” Fernandez
“Rulo” Fernández tenía 57 años cuando partió y dedicó su vida al teatro. De personalidad sencilla pero de un conocimiento profundo de todo lo asociado a la actividad teatral, el artista creía en el resultado de los ensayos y denostaba los talleres de preparación.
Integró el jurado Nacional de Teatro en el Nordeste argentino y formó a muchísimos actores y directores de grupos misioneros. Fue discípulo de su tío Ismael Fernández, otro gran referente de la escena teatral misionera.
Rulo Fernández era dramaturgo y director de teatro. Hasta el año pasado había estado en cartel “He visto a Dios”, dirigida por él y basado en un texto de Francisco Defilippis Novoa.
Fernández recibió el premio Arandú por su trayectoria y aporte a la cultura teatral misionera.
Rulo, apodado así por la naturaleza de su cabello, había decidido desde joven abandonar la carrera de Medicina para regresar a Misiones y dedicarse íntegramente al teatro y a la artesanía, actividad que desarrollaba en la plaza 9 de julio, donde fundó la feria de artesanos.
En setiembre de 2008, sepultaron sus restos en el cementerio La Piedad, con el acompañamiento de decenas de artistas locales, quienes lo recordaron por haber peregrinado por Misiones para llevar el arte a cada rincón.